Cronología/Línea Temporal Unificada

De Wiki de Universo Zelda
Revisión del 11:22 15 mar 2016 de CM Xavi (Discusión | contribuciones) (Era de la Fuerza)

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Línea temporal unificada imagen.png

La Línea Temporal Unificada (Singular Timeline en inglés), es una de las cuatro líneas de tiempo en las que se puede dividir la cronología de la saga The Legend of Zelda. Como su nombre indica, se trata de un tiempo en el que la historia de Hyrule y el resto del universo Zelda se regía en una sola línea de hechos. Dicha historia lineal no se separará hasta los eventos de The Legend of Zelda: Ocarina of Time, brindándonos hasta tres líneas temporales, cada una con su respectiva versión de los hechos e historias. La Línea Temporal Unificada abarca un total de siete eras, desde la Era de la Creación hasta la Era del Héroe del Tiempo. A lo largo de estas siete eras llegamos a encontrar un total de cuatro juegos, de los dieciocho que componen la cronología actualmente, los cuales son: The Legend of Zelda: Skyward Sword, The Minish Cap, Four Swords y Ocarina of Time. También cuenta con varios periodos o eras vacías, es decir, que no tienen ningún juego en ellas y solo conocemos información a grandes rasgos o especulaciones sobre estas épocas misteriosas. Asimismo, al final del artículo se explicará la separación de las líneas temporales, pues Ocarina of Time, juego de esta línea, es el punto de partida de la división temporal.

Era de la Creación del mundo

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Quote1.png Este mundo ha sido creado por las tres diosas. No son ellas quienes lo gobiernan, sino que han dejado su destino en manos de la tierra, el orden y la vida que ellas mismas crearon, dejando tras de sí la omnipotente Trifuerza... Quote2.png
— Hyrule Historia

Las madres creadoras, las tres Diosas de Oro, descendieron desde una nebulosa lejana y crearon el mundo en medio de una época de caos. De tal forma que: Din, la diosa del poder, con sus poderosos brazos de fuego cultivó el suelo y creó la tierra roja. Nayru, la diosa de la sabiduría, derramó su sabiduría sobre la tierra e infundó el espíritu del orden del mundo. Farore, la diosa del valor, con su alma infinita creó todos los seres que defienden la justicia. Así, las diosas se repartieron la creación entre la tierra, el orden y los habitantes.

Antes de abandonar el mundo, las diosas dejaron tras de sí la Trifuerza, un triángulo sagrado de color dorado que representa su poder. Según la leyenda, la Trifuerza es una reliquia omnipotente que hará realidad los deseos de aquellos que la obtengan. Su uso es exclusivo de los mortales, pues ningún dios puede valerse de su poder, ni siquiera sus mismas creadoras. Sin embargo, la reliquia sagrada es incapaz de diferenciar entre el bien y el mal, por lo que permite deseos de cualquier aspecto moral. Aun así, para que el deseo sea concedido son necesarios un espíritu fuerte, talento natural y, sobre todo, mantener el equilibrio interno entre poder, sabiduría y valor. Si alguien falto de este equilibrio toca la Trifuerza, las piezas se separaran y se queda solo con aquella que representa la cualidad que más valora, mientras que las otras dos partes aparecen en el dorso de la mano de los otros dos elegidos por las diosas. Para obtener el verdadero poder de la Trifuerza es necesario reunir las tres partes.

Creación Hyrule ALttP.png Las Diosas de Oro OoT3D.png Creación de la Trifuerza OoT3D.png
Arte de la creación para A Link to the Past. Las tres Diosas de Oro en Ocarina of Time 3DS. La Trifuerza, creada por los Diosas de Oro, imagen de Ocarina of Time 3DS.

Con su labor completada, las diosas dejaron la Trifuerza en manos de la diosa Hylia. Se desconocen los motivos exactos por los que lo hicieron, aunque se intuye que fue por la protección de la reliquia sagrada. Así, las tres divinidades abandonaron el mundo después de crearlo, ascendiendo de nuevo a la nebulosa lejana desde la que habían descendido. Desde allí observaron el mundo creado, viendo el paso de las eras que se perdían a través del flujo del tiempo...

Era de la diosa Hylia

Barra cronología Era de la diosa Hylia.png
Quote1.png Y para ello elevó la tierra a las alturas, y con ella a los mortales supervivientes. Un lugar en lo alto del cielo, más allá de las nubes, donde las garras malignas no podían llegar. Quote2.png
— Prólogo de The Legend of Zelda: Skyward Sword

Con las diosas creadoras fuera de escena y la Trifuerza bajo la custodia de la diosa Hylia, se dio inicio a la época que se conocería como la Era de la diosa Hylia. La primera etapa de esta era se vería colmada por la paz, viviendo los habitantes de la superficie en armonía. La diosa Hylia, también conocida como la diosa blanca, vivía entre las gentes del prematuro pueblo humano. Este pacífico pueblo guardaba una gran devoción y respeto por la diosa Hylia, así como por el poder omnímodo que protegía. En honor a la diosa, levantaron el Templo de Hylia, así como un efigie que la retrataba. Presumiblemente, dentro de este edificio de culto se encontraba la Trifuerza, disponible al rezo de los habitantes de la pequeña civilización que se instauró en la Tierra de Hylia, situada en un bosque. Además de este grupo de humanos, otras tribus habitaban la superficie, guardando relaciones sanas con los hijos de Hylia. Hablamos de tribus como los Goron, devoradores de piedra. La época de paz, sin embargo, pronto se vio perturbada...

La Guerra Ancestral

Artículo principal: Guerra Ancestral

Un fatídico día, la esencia del mal emergió de las entrañas de la tierra. El mal, en forma de una tribu de demonios, atraídos por la historia de los triángulos sagrados se lanzaron en un brutal ataque sobre las gentes de la superficie. El cabezilla de los demonios era el Heraldo de la Muerte, origen de todo mal, con un inmenso poder maligno capaz de destruir el mundo entero. Su objetivo era adueñarse del poder omnímodo de la Trifuerza y dominar el mundo con la ayuda de sus huestes demoníacas. Los seres malignos arrasaron los bosques, secaron los ríos y aniquilaron la vida. Los humanos quedaron muy mermados por culpa de la guerra...

Para proteger al poder omnímodo de la tribu de los demonios, la diosa Hylia reunió a los humanos supervivientes y, junto a la Trifuerza, los envió a los cielos subidos en una pequeña porción de tierra que arrancó del suelo. Una vez en las alturas, creó una espesa y amplia agrupación de nubes que nadie podría cruzar, aislando el cielo de la tierra y viceversa. Gracias a la barrera de nubes, las garras de los demonios nunca alcanzarían a su pueblo o a la Trifuerza. A continuación, la diosa y las tribus que habían quedado en la superficie lucharon a muerte en una guerra contra el Heraldo de la Muerte. Finalmente, lograron abatir al maligno y a sus huestes, sellando el poder del líder demoníaco en la Tierra de Hylia.

Prologo SS.jpg Diosa Hylia prólogo con las demás razas SS.png Prólogo SS.png
Los demonios en el prólogo de Skyward Sword. La diosa Hylia junto al resto de razas de la superficie. La diosa eleva una porción de tierra por encima de las nubes.

El mundo estaba a salvo, pero el sello que mantenía al señor de los demonios no duraría eternamente. Así pues, Hylia intentó usar el poder de la Trifuerza para destruir al Heraldo de la Muerte de una vez por todas. Sin embargo, ningún dios podrá usar jamás el poder omnímodo. Por ese motivo, Hylia optó por renunciar a su divinidad y renacer como mortal. Antes de desaparecer la diosa tomó dos medidas. En primer lugar, designó el alma de un héroe entre el pueblo que le fue fiel durante tantos años, los humanos. De entre ellos aparecería un héroe contemporáneo a la reencarnación de la propia mortal diosa, el cual le prestaría su ayuda para controlar la Trifuerza y destruir al rey demonio. Para guiar a dicho héroe en su periplo, creó la Espada Divina así como al espíritu latente de su interior: Fay. En segundo lugar, la diosa confió en Impa, miembro de la tribu Sheikah, como encargada de vigilar el sello sobre el Heraldo de la Muerte hasta que la propia Hylia se reencarnara. La diosa eligió a los Sheikah por sus ágiles integrantes, instaurando un papel de guardianas que duraría varias generaciones.

Con el transcurrir del tiempo, la Tierra de Hylia, lugar donde se encuentra sellado el señor de los demonios, empezó a conocerse como "Tierra del presidio". A su vez su lugar de culto, el Templo de Hylia, se convertiría en el "Templo del presidio".

Era del Cielo

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Quote1.png Joven que portas la luz que unirá el cielo y la tierra y al que guía la sierva elegida por la Diosa... Quote2.png
— Canción popular de Altárea.

Al pedazo de tierra que Hylia envió a los cielos se le pasó a conocer como la Isla de la Diosa. En este fragmento de suelo, no solo se envió a los humanos y a la Trifuerza, también a la efigie de la diosa. Como indicio de que un día perteneció a la superficie, parte de la entrada al Templo de Hylia quedó separada, partida por la mitad. A pesar de los daño, aún podía verse en su techo representaciones de la Trifuerza o medallones que evocaban a otra época. Así, los humanos que se vieron obligados a abandonar la superficie, se aprovecharon del conjunto de islas flotantes en el cielo para instalarse, fundando así lo que se conocería como Altárea. En esta nueva civilización, el pueblo se vio acompañado por los pelícaros, aves guardianas a las que Hylia confió su cuidado. El poder omnímodo, por otro lado, fue dividido y ocultado en el interior de la Torre Celestial, bajo la base de la efigie de la diosa. Con el paso del tiempo, la historia de la Guerra Ancestral y la existencia de las tierras inferiores dejaron de ser realidad y se convirtieron en leyenda.

No obstante, algunos manuscritos sobre la Espada Divina o la existencia de la superficie lograron sobrevivir al flujo del tiempo. Los encargados de custodiar tan valiosa información serían los guardianes de la leyenda. Además del secreto, entre los pocos elegidos, se transmitía el siguiente mensaje:

Quote1.png Cuando brille el filo de la espada de la Diosa, el mal se despertará de su letargo. Pero nada habrá que temer, pues será entonces cuando el joven guiado por los cielos halle el camino hasta la sala sagrada. Quote2.png
— Mensaje transmitido por los guardianes de la leyenda.
Altárea Artwork.png Isla de la Diosa SS.png Altárea.png
Arte del cielo y sus islas, conjunto denominado Celéstea. La Isla de la Diosa. Altárea.

De este modo, las generaciones de guardianes se sucedieron hasta llegar a la figura de Gaépora, quien fundó la Academia de Caballeros. En ella se combinó las enseñanzas de dominio de la espada con la capacidad para montar en pelícaro, y así formar una nueva orden de caballeros. En la academia, los mejores alumnos se convierten en miembros del equipo de rescate. Entre sus deberes se incluye rescatar a la gente que cae de Altárea y patrullar las islas flotantes de Celéstea a lomos de los pelícaros. Para pasar al nivel superior de la academia, los estudiantes deben de ganar el Torneo Celeste. Este último consiste en un exámen donde los estudiantes se miden para decantar cual de ellos está mayormente capacitado. Aquel lo bastante hábil como para controlar su pelícaro y conseguir la estatuilla de la Diosa antes que el resto de participantes, se convierte en campeón y pasa al grado superior. Posteriormente al torneo, se celebra un ritual con el objetivo de conmemorar a Hylia. Por medio de él, una chica en el papel de la diosa Hylia, le entrega al campeón del Torneo Celeste un paracaídas parecido al que supuestamente debe llevar el héroe de la leyenda. Adicionalmente, el estudiante gana el derecho de vestir el uniforme correspondiente de los caballeros. El uniforme cambia de color todos los años, con cada entrega del torneo.

The Legend of Zelda: Skyward Sword

Artículo principal: The Legend of Zelda: Skyward Sword

Eventualmente, cuando el sello en la superficie que mantenía controlado al Heraldo de la Muerte empezó a debilitarse, nació una niña muy especial. Hija del director Gaépora, recibió el nombre de Zelda y resultó ser la reencarnación de la diosa Hylia. Zelda creció junto a un niño con el que desarrolló un poderoso lazo, el cual se llamaba Link, llegando ambos a compartir educación en la Academia de Caballeros. Zelda se convirtió en una hermosa joven a la que eligieron para interpretar el papel de la diosa en la ceremonia anual de la academia, coincidiendo con el 25.º aniversario de la misma. Su querido amigo Link participaría en el Torneo Celeste como uno de los estudiantes de la academia que intentan promocionar sus estudios. Con su inusual pelícaro rojo, Link gana el torneo y el honor de formar parte de la ceremonia junto a Zelda.

Al finalizar el acto en honor a la diosa, Link y Zelda deciden pasear por el cielo a lomos de sus respectivos pelícaros. Sin ellos saberlo, desde la superficie separada del cielo por la barrera de nubes, avecinaba el mal. Un fiel siervo del Heraldo de la Muerte, Grahim, perduraba desde los hechos de la Guerra Ancestral, buscando su oportunidad. El autoproclamado "señor de los demonios" se valió de tretas y engaños para liberar a las fuerzas malignas sobre la tierra. Su objetivo era encontrar a la diosa Hylia y devolver a la vida a su señor oscuro. Finalmente, encontró a Zelda en los cielos, por lo que generó un tornado que abrió un paso entres las nubes y la hizo caer hasta las tierras inferiores, a pesar de los intentos de Link por evitarlo.

Barra cronología Era del Cielo 2.png
La misma noche a la desaparición de Zelda, Link recibe la visita de un espíritu misterioso. El joven sigue a la enigmática figura, la cual le conduce hasta la cámara secreta en el interior de la efigie de la diosa y, por lo tanto, ante la Espada Divina. La figura se revela como Fay, el espíritu de la espada, quien reconoce a Link como su amo y héroe elegido por la diosa Hylia. El acontecimiento se lleva a cabo bajo la mirada de Gaépora, quien ve atónito como la leyenda protegida por su familia cobraba realidad. Así, Fay guió a Link hacia la tierra de la leyenda para buscar a Zelda. Las aventuras de Link empezaron en el momento en que atravesó la barrera de nubes con el paracaídas que su amiga le había entregado...
Fay ante Link SS.jpg Link obtiene la Espada Divina SS.png Link salta sobre las tierras inferiores SS.png
Fay, ante Link, en la cámara secreta de la efigie de la diosa. Link extrae la Espada Divina. Link se aventura en las tierras inferiores.

Por su parte, una anciana rescató a Zelda después de que esta cayera a la superficie desde los cielos. La vieja mujer, que llevaba milenios siendo la guardiana del Templo del presidio, explica a la joven que ella es la reencarnación de Hylia, por lo que debía rezar en los manantiales del Templo de la Contemplación y del Templo Terrenal si quería recuperar los recuerdos de la diosa. Zelda aceptó su destino y se vistió con el ajuar de la diosa, las ropas que la misma Hylia vestía, antes de partir hacia su objetivo. Junto a las ropas recibió una lira, la cual se dice también pertenecía a la diosa. De camino al Templo Terrenal, los bokoblins al servicio de Grahim capturaron a Zelda, pero por suerte fue rescatada a tiempo por Impa, la misma Sheikah en la que confió Hylia en el pasado. Desde aquí, Impa acompañará a Zelda en su periplo.

Después de rezar en los dos manantiales, purificarse y recuperar los recuerdos de la diosa, Zelda pensó en regresar al pasado a través del Templo del Tiempo situado en el desierto, lo que le permitiría reforzar el sello que mantenía atrapado al Heraldo de la Muerte. Sin embargo, Grahim la encontró antes de que pudiera conseguirlo, pero Link apareció justo a tiempo y distrajo a Grahim mientras Zelda e Impa cruzaban el Portal del Tiempo. Antes de marcharse, Zelda entrega su lira a Link, quien la necesitará dentro de poco. Una vez al otro lado, Impa destruye el portal para que Grahim no pudiera seguirles. Gracias a las indicaciones de la Sheikah, Link puede establecer su próximo objetivo: la Tierra del presidio.

Al viajar al lugar señalado, en el descenso desde los cielos, Link se ve sorprendido por la presencia de Malton, quien le arrastra en una caída. Malton era un alumno de la Academia de Caballeros que a menudo rivalizaba con Link, debido a que estaba enamorado de Zelda y no soportaba ver siempre a Link junto a ella. Con su rimbombante presencia, Link descubre otro Portal del Tiempo en el Templo del presidio, custodiado por la misma anciana que salvó a Zelda. Sin embargo, el portal está dañado y, antes de descubrir qué debe hacer para repararlo, el sello del señor de los demonios comienza a romperse. Del sello surge el Durmiente, la forma demoníaca que había adoptado el Heraldo de la Muerte con el paso de los siglos. Link, en colaboración con Malton, logran restaurar el sello temporalmente. A lo largo de su aventura, el héroe se verá obligado a luchar contra el Durmiente hasta tres veces.

Con la reciente crisis superada, la anciana le explica a Link que debe de viajar por las regiones de la superficie en busca de las tres llamas sagradas. Este fuego divino, que se dice que nació de las propias Diosas de Oro, al imbuirse en la Espada Divina, proporciona a la hoja el inmenso poder sagrado necesario para convertirla en la Espada Maestra. Cada vez que se aumenta la potencia de la Espada Divina y se acerca a su conversión completa, esta empieza a emitir una intensa luz. Si el héroe apunta con ella al cielo, acumula una gran cantidad de poder que la hoja libera en forma de tajo divino.

Llama Sagrada Farore SS.jpg Link llama Nayru Espada Divina SS.png Link ante el Portal del Tiempo SS.png
Llama sagrada de Farore. Link templa el acero de la Espada Divina con la flama de Nayru. Link ante el Portal del Tiempo.
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Cuando completa el proceso, Link vuelve a la Tierra del presidio. Aquí, enfrente del inactivo Portal del Tiempo, apunta con su espada hacia el cielo, cargándola de energía y preparándola para lanzar un tajo divino que reactivará el portal. Sin perder el tiempo, el héroe cruza el Portal del Tiempo, viajando a una época en la tierra todavía llora las heridas causadas por la batalla entre la diosa y el Heraldo de la Muerte; donde el Templo del presidio todavía recibía el nombre de Templo de Hylia. A su espera se encuentran Zelda e Impa, quienes habían llegado previamente gracias al otro portal. Link y Zelda, por fin, mantienen su ansiado reencuentro. No obstante, la actitud de la chica se vislumbra distante y melancólica. Es entonces cuando le explica a Link que ella era la reencarnación de la diosa Hylia, así como el plan que trazó cuando todavía era una divinidad. Con una bendición, Zelda completa la creación de la Espada Maestra, el arma capaz de repeler y acabar con el mal.

Como preludio de despedida, Zelda le pide a Link que encuentre la sagrada Trifuerza para así terminar de una vez por todas con el Heraldo de la Muerte. También le pide disculpas, pues ella, la diosa Hylia, eligió a Link como su héroe a sabiendas de que enfrentaría cualquier peligro para salvarla, es decir, le había estado manipulando. Tristemente, para que el sello del rey de todos los demonios resista mientras Link busca la Trifuerza, Zelda se sume a sí misma en un profundo sueño, en el interior del cristal. Link asiste impotente ante este hecho y, en última instancia, su querida amiga le pide que la despierte, recordando como en el pasado era ella quien le despertaba a él en sus tranquilos días en la Academia de Caballeros...

Quote1.png Oh, héroe que llegas a estas tierras tras superar innumerables peligros... La Diosa reconoce tu sabiduría, tu poder y tu valor, y te premia concediéndote el poder de su filo divino. Que su fuerza imparable te ayude a ti y a tu espada a disipar las tinieblas de la faz de la tierra. Quote2.png
— Zelda, reencarnación mortal de la diosa Hylia.
Zelda bendice al héroe SS.png Espada Maestra completa SS.png Zelda se sume en su letargo ante Link SS.png
Zelda bendice al héroe y lo reconoce como tal. La Espada Maestra alcanza su versión suprema. Zelda se sume en su letargo, ante Link.

Después de regresar a su propia tiempo, Link partió para encontrar la legendaria Trifuerza. Tras pasar una serie de pruebas conocidas como Hypneas o juicios del espíritu, Link demostró tener un espíritu lo suficientemente fortalecido como para reclamar el poder omnímodo. Una vez completó el Cantar del Héroe, descubre la ubicación de la Trifuerza en el interior de la Torre Celestial, donde logra reunir las tres piezas que la componen. El legado de las diosas volvía a estar completo desde la época de paz en la que vivía la diosa Hylia y los humanos en la superficie. Sobre la efigie de la diosa, Link pide su deseo de erradicar al mal que representa el Durmiente. Las diosas se lo conceden, provocando que la estatua de la diosa Hylia regresara a su lugar de origen en la Tierra del presidio, aplastando al Durmiente en el proceso. Así, después de miles de años sumida en un profundo sueño, Zelda pudo despertar por fin.

Lo que parecía un final feliz, se ve interrumpido cuando, Grahim, furioso, secuestra a Zelda y se la lleva a través del Portal del Tiempo al pasado, donde su señor todavía sigue vivo. Para revivir al Heraldo de la Muerte, Grahim debe sacrificar a Zelda y liberar al espíritu de la diosa Hylia que habita en ella. Link on tarda en seguirle, llegando a retarle por tercera vez en su aventura a un combate, pero ya era demasiado tarde: el Rey Demonio había regresado. Es entonces cuando se descubre que Grahim no era más que el espíritu de su espada. En su vuelta, el Heraldo anuncia su intención de controlar el mundo ahora que Hylia se ha ido, pero le da la oportunidad a Link de batirse con él en otro reino por el destino del mundo. Con Zelda fuera de peligro y bajo la custodia de Malton, Link acepta el reto. Tras una cruenta batalla, Link hiere fatalmente al Heraldo. Antes de morir, el Rey Demonio felicita a Link, pero le advierte de que su lucha aún no ha terminado, pues su odio renacerá para perseguir a los que tienen la sangre de la diosa y el espíritu del héroe, en una lucha eterna. Finalmente, el odio que destila el Heraldo es absorbido y sellado dentro de la Espada Maestra.

Grahim secuestra a Zelda SS.png Heraldo de la Muerte SS.png Link absorbe el odio del Heraldo SS.png
Grahim secuestra a Zelda. El Heraldo de la Muerte. Link absorbe con la Espada Maestra el odio del Heraldo.

En el epílogo de la aventura, Fay ha completado su misión, pues su deber como guía de Link ha terminado y vuelve junto a la Espada Maestra al lugar que le corresponde: el pedestal en el interior del Templo del presidio. En sus últimos momentos antes de entrar en un sueño eterno, Fay le dice a Link que aprendió mucho a través del tiempo que vivieron juntos y le da las gracias de todo corazón con la esperanza de que algún día vuelvan a verse. Por otro lado, Impa permanece en el pasado a pesar de los ruegos de Zelda para que vaya al presente con ellos. Tras despedirse de la Sheikah, vuelven al presente por el Portal del Tiempo. En el presente les espera la anciana del Templo del presidio, la cual revela su verdadera identidad como Impa, quien había envejecido a lo largo de los años.

La vuelta al presente estaba marcada por el ambiente de tranquilidad que volvía a respirarse y todo presagiaba un nuevo comienzo. Zelda decide quedarse en la superficie en lugar de volver a los cielos de Altárea para así proteger mejor la Trifuerza. Link decide permanecer a su lado, en el inicio de una nueva era. Por desgracia, la aniquilación del Heraldo de la Muerte no solo marcó el final de una guerra o de una época, sino también el principio de una maldición que les llevaría hacia un interminable ciclo de reencarnaciones del Rey Demonio, cuyo odio por los herederos de la sangre de la diosa y el espíritu del héroe no conoce límites.

Era del Caos

Barra cronología Era del Caos.png
Quote1.png El poder oscuro que buscáis... duerme en el santuario del fondo del Lago de Hylia... Mas... no debéis olvidar jamás esto... Se trata de un poder prohibido que aprisionamos por voluntad de las diosas... Quote2.png
Lanayru, espíritu de la luz.

El mundo que las tres diosas crearon y que la diosa Hylia protegió acabó conociéndose como Hyrule. Sus habitantes, descendientes de Hylia, llegaron a ser conocidos como Hylianos. Caracterizados por sus orejas puntiagudas, los Hylianos desarrollaron asombrosas capacidades mágicas. Se dice que esta raza es la elegida por las Diosas de Oro y que sus largas orejas les permiten oír el susurro de las mismas...

Artículo principal: Guerra de los Intrusos

La tierra sobre la que se dice que descendieron las Diosas de Oro al crear el mundo recibió el nombre de Reino Sagrado. En su interior, fue depositada la Trifuerza para una mayor protección. Durante siglos, el mundo vivió lleno de compasión, en un largo periodo de paz... Pero un día, estalló un conflicto en la región sagrada. Las leyendas que hablaban de un poder supremo recorrieron el reino entero, alentando la ambición de aquellos que aspiraban a conseguir el poder dorado. Entre los habitantes aparecieron algunos con grandes aptitudes para la magia negra, que intentaron hacerse con el control del Reino Sagrado a través de sus enormes poderes. Fue entonces cuando las diosas enviaron a cuatro Espíritus de Luz, que sellaron la magia negra que empleaban estos Hylianos. Por último, se usó el Espejo del Crepúsculo para exiliar a los alborotadores al mundo alterno del crepúsculo, donde no tendrían posibilidad alguna de volver al Mundo de la Luz. A estos exiliados, con el tiempo, se les llegó a conocer como el pueblo de las sombras.

Trifuerza historia intrusos TP.png Intrusos Oscuros TP.jpg Historia intrusos sombra fundida TP.png
La Trifuerza en el relato de Lanyru, espíritu de la luz. Los intrusos oscuros. La Sombra Fundida, magia negra usada por los intrusos.

Después de estos hechos, Rauru, Sabio de la Luz y miembro de los sabios antiguos, erigió el Templo del Tiempo para proteger la puerta hacia el Reino Sagrado en el que se encontraba la Trifuerza. El Templo del Tiempo, que es la única entrada al Templo de la Luz, compartiría nombre con el templo que se encontraba en el desierto de Lanayru durante la Era del Cielo. Se dice que Rauru construyó el santuario sobre las ruinas del antiguo Templo del presidio. Con tal construcción, la tierra santa fue sellada con la Espada Maestra junto a la posibilidad de viajar por el tiempo. Así pues, el pedestal en el que se hallaba dicha espada quedó al otro lado de la Puerta del Tiempo, y las tres piedras espirituales, las únicas llaves capaces de abrirla, fueron confiadas a los pueblos del bosque, del fuego y del agua. De esta forma, la Trifuerza quedó dentro del Reino Sagrado, completamente aislada de Hyrule, y Rauru se convirtió en el guardián del poder divino en el interior del Templo de la Luz.

Era de la Prosperidad

Barra cronología Era de la Prosperidad.png
Quote1.png Conocéis lo que dice la leyenda, ¿verdad? Habla de un reino que ocultaba el poder de los dioses. Ése reino es el lugar donde estáis ahora mismo. ¡El reino de Hyrule! Quote2.png
Daphness Nohansen Hyrule

Los descendientes de Zelda, reencarnación de la diosa Hylia, fundaron el reino de Hyrule, convirtiéndose asimismo en su familia real. El emblema de la familia sería una versión renovada del mismo que usaba Hylia. Al histórico pájaro del símbolo, el cual representaba los pelícaros que montaban los habitantes de Altárea, se le añadió los tres triángulos de la Trifuerza, confeccionando el emblema de la Familia Real de Hyrule. También construyeron el castillo de Hyrule en el centro del reino, cerca del Templo del Tiempo, para proteger mejor la Trifuerza y procuraron mantener su existencia en secreto. Debido a su divino linaje, muchos miembros de la familia real nacieron con poderes especiales y varias generaciones de princesas llevaron el nombre de "Zelda", en honor a la leyenda.

Símbolo de Hylia SS.png Símbolo de la Familia Real de Hyrule.png
Cimera de la diosa Hylia. Emblema de la familia real.

Era de la Fuerza

Los Minish y la Fuerza Dorada

Quote1.png Los minish no son sólo una leyenda. Yo sé que existen en este mundo. Es un secreto que ha ido pasando de generación en generación en la familia real de Hyrule y es normal que vosotros no lo sepáis. Los minish habitan el bosque minish. Ellos forjaron la famosa espada minish de la leyenda. Quote2.png
Rey Daphness
Artículo principal: Guerra del Cofre Sellado

Por primera vez desde la fundación del reino de Hyrule, el mundo fue invadido por criaturas malignas y quedó envuelto en la oscuridad. Cuando Hyrule se acercaba al borde del colapso, los pequeños Minish descendieron de los cielos portando una espada y una luz dorada. Esta luz dorada era la Fuerza Dorada, una fuente de poder infinito originaria de los cielos, la cual contiene una gran cantidad de la energía que existe en todas las cosas. El llamado "héroe de los hombres" utilizó la espada de los Minish para sellar a las criaturas malignas en un arcón, devolviendo así la paz al mundo. Este incidente llegó a ser conocido como la Guerra del Cofre Sellado.

Tras sellar a las criaturas malignas, la familia real de Hyrule adoptó el papel de vigilantes de la llamada "Espada Minish", así como el arcón en el que la sagrada hoja mantenía encerrados a las huestes del mal. Al mismo tiempo, guardaron el secreto de la localización del reino de los Minish. Como muestra de gratitud hacia los pequeños seres, determinaron que una vez al año se celebraría en Hyrule una festividad que recibiría el nombre de Festival de los Minish.

Prólogo de The Minish Cap 01.png Prólogo de The Minish Cap.png Prólogo de The Minish Cap 03.png
La oscuridad se avecina sobre el mundo de los hombres. El héroe de los hombres blandiendo la Espada Minish. El sagrado Cofre Sellado.

La leyenda contaba que cada cien años se abría una puerta secreta que permitía el paso de los Minish al mundo de los humanos. Durante años se había mantenido la costumbre de celebrar el festival en su honor, que desde hacía tiempo incluía también un torneo de esgrima, el cual se celebraba en el castillo de Hyrule. La ceremonia de entrega de premios se celebraba frente a la Espada Minish y el cofre de la leyenda, siendo esta la única oportunidad que tenía el pueblo para ver los famosos elementos del pasado reciente de la historia del reino.

The Legend of Zelda: The Minish Cap

Artículo principal: The Legend of Zelda: The Minish Cap

Con el paso del tiempo, el Festival de los Minish alcanzó el centenario, por lo que se organizó una gran celebración. La princesa Zelda, que había estado esperando la celebración con ilusión, salió en busca de su amigo de la infancia: Link. Este chico, vivía fuera de la capital del reino, en una casa situada al sur junto a su abuelo, el herrero Smith. El anciano había forjado una formidable espada como premio para el ganador del torneo de este año. El ganador de la edición de aquel año era un tal Vaati. Durante la entrega de premios, a la que asisten Zelda y Link, se expone ante el ganador la sagrada espada y el famoso cofre que esta custodiaba, tal como marca la tradición. Sin embargo, sorprendiendo a los presentes, Vaati utiliza su magia para destruir la espada y abrir el arcón. Vaati creía que en el interior del cofre se encontraba la legendaria Fuerza Dorada, pero equivocado, liberó a las criaturas malignas de su interior que se expandieron por el mundo. Ante el gesto del brujo, Zelda decide entrometerse, pero solo consigue que el villano la convierta en piedra. Así, Vaati se marcha para proseguir su búsqueda.

Solo el sagrado poder de la Espada Minish podía romper la maldición que había transformado a Zelda en piedra, pero los Minish eran nos únicos capaces de repararla y a ellos solo podían ver los niños. Así pues, Smith propuso al rey de Hyrule que encargara la misión a su nieto Link y el noble accedió a revelarle dónde podía encontrar a las pequeñas criaturas. Armado con una espada que le había entregado su abuelo, Link partió con la espada rota en busca de la aldea Minish. Mientras se dirigía al bosque de los Minish en busca del hogar de las pequeñas criaturas, Link se encontró con Ezero, un gorro parlante que había recibido un hechizo el cual le obligaba a adoptar tal forma. Ezero ofreció su ayuda a Link para encontrar a los Minish. Gracias a él, Link es capaz de adoptar el tamaño necesario para contactar con los Minish, por medio de un portal. El cambio de tamaño era necesario, pues los Minish son una raza diminuta. Sin embargo, ser tan pequeño es un tanto peligroso, pues hasta un simple charco puede convertirse en un gigantesco estanque...

Guía TMC 004.png Link y Ezero primer encuentro TMC.png Link y Ezero usando un portal Minish TMC.png
Vaati profana el Cofre Sellado y convierte a Zelda en piedra. Link y Ezero, en su primer encuentro. Link usando un portal Minish, gracias a Ezero.

Con el cambio de estatura, Link entró en la comunidad del bosque de los Minish. Gracias a Gentel, sabio de la raza diminuta, Link descubre que para reparar la Espada Minish primero necesitaría encontrar cuatro elementos escondidos por el mundo. Los cuatro elementos son objetos formados a partir de la cristalización espiritual del mundo, dividiéndose así en: tierra, fuego, agua y aire. Para conseguirlos, Link tiene que emplear diversos artefactos que le permitirán cumplir ciertos objetivos. A su vez, para superar algunos obstáculos, requerirá adoptar el tamaño de un Minish, siempre con la ayuda de Ezero y los portales correspondientes. Al conseguir uno de los elementos, Link debe de colocarlo sobre el altar del Santuario Elemental, escondido en el patio del castillo de Hyrule, para que la Espada Minish recupere su poder ancestral.

En su viaje para encontrar todos los elementos, Link se topó con la tribu que recibía el nombre de "los Hijos del Viento". Esta tribu solía vivir en tierra firme, pero aprendieron a controlar el viento y decidieron trasladar su vivienda a las nubes. Ahora que vivían en el cielo, habían culminado su habilidad para controlar el viento. La zona que habitaban anteriormente es conocida como la Ruina de los Vientos. Desde las ruinas, es posible viajar entre el cielo y la superficie.