En la reciente entrevista que Nintendo Power, en formato de Podcast, tuvo con Eiji Aonuma y Hidemaro Fujibayashi sobre Breath of the Wild, el director del juego explicó por qué no hay mazmorras tradicionales en la última entrega de la saga.
Fujibayashi explicó que el mundo abierto y la sensación de libertad que se pretendía ofrecer al jugador con Breath of the Wild fueron las que llevaron a la decisión de no incluir los habituales templos temáticos.
En anteriores juegos, las mazmorras eran muy largas y dado que este juego tenía mucho terreno que explorar y uno de los temas era encontrar cosas, nos planteamos cual tendría que ser el ratio de Santuarios que se encontrarían los jugadores mientras estuviesen en campo abierto. Cuando lo calculamos, nos salieron 100 Santuarios o más. Así que por tamaño, pensamos que quizás hacer dungeons largos y grandes que tomarían mucho tiempo para finalizar, harían que el jugador dedicase mucho tiempo en las mazmorras, así que pensamos que un Santuario tendría que poder acabarse en unos 10 minutos.
Pero aún así sabían que a muchos jugadores les gustaban las mazmorras tradicionales, así que decidieron incluir las Bestias Divinas.
Cuando consideramos que cada Santuario debería durar unos 10 minutos, pensamos que para un título de Zelda no era suficiente, que no darían sensación de ser mazmorras, así que pensamos que quizás deberíamos incorporar un gran templo o tal vez uno que se moviese, o que incluyese un sistema de movimiento gravitatorio, y así es como llegamos a la idea de las Bestias Divinas. La primera vez que lo planteamos, pensamos en las Bestias como algo que se pudiese ver desde lejos, quizá con forma humanoide, pero como los Elegidos controlaban las Bestias Divinas, pensamos que lo mejor es que fuesen mazmorras en sí mismas. Eso cumplía con los requisitos de ser un templo en movimiento y que se pudiesen ver desde la lejanía.
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